Con la peatonalización del casco antiguo de La Laguna ha surgido un fenómeno que, anteriormente, parecía imposible en la vieja y húmeda ciudad de Aguere: la cultura popular ha asaltado la calle y parece que, ajena a la crisis y a las ataduras del copyright, ha venido para quedarse. Músicos, mimos, malabaristas o estatuas humanas montan su escenario entre la plaza del Ayuntamiento y la Iglesia de la Concepción para sentirse artistas y ganar un poco de dinero.
Así, paseando por estas calles, además de los cantautores y las clásicas formaciones musicales podrás ver y escuchar un hang, un didgeridoo o a unos músicos de algún lugar del centro de Europa cuyo extravagante proyecto musical recuerda a los peores momentos de Yoko Ono (no todo puede ser bueno)
De entre esta extraña fauna que ha aflorado a la superficie, me gusta especialmente una formación clásica de rock (guitarra, contrabajo y batería) a la que se le ha unido un timplista medio loco. Se hacen llamar Fran Baraja y la Banda Reparte y tienen un sonido que recuerda a Fito y Fitipaldis pero con más humor y desenfado. Los encontrarás en la esquina de La Catedral con la Calle San Juan. Además, como estamos en la era de la red, el grupo tiene un canal en Youtube, una página de Facebook y otra en Myspace. De su canal Youtube, extraigo esta actuación en su lugar habitual:
Y es que por mucho que haya recortes culturales, censuras encubiertas, limitaciones legales vía copyright, etc., allí donde haya alguien con voluntad de expresarse, habrá arte en el mundo.
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