Como cada noche, me olvido de que voy a ser visitado. Ya sea en la cocina o en la sala de estar, implacable acude a su cita. Su llamada me sorprende y me sobresalta. Se trata de un peculiar aullido que me exhorta salir al jardín. Entonces, desde su atalaya, me mira a los ojos durante un breve espacio de tiempo y, entonces, levanta el vuelo para desaparecer en las tinieblas que envuelven el encuentro.
Confuso me hallo al desconocer el sentido de estos noctámbulos contactos. Pienso que la diosa, enviándome su emisario, quiere enviarme algún mensaje, pero no consigo descubrir su significado. Quizás quiera decirme que ya ha conseguido propiciar mi progreso como hombre, que he dejado atrás cualquier atisbo de infantilidad. Quizás quiera ser mi mentora y convertirme en un Héroe o bien quiere arengarme para emprender alguna nueva guerra. Hasta que lo descubra, me prepararé para lo peor. Es probable que una nueva guerra vaya a comenzar.
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