Aquí hay para todos ...

Gracias a dios que tenemos este Gobierno y estos sindicatos que han pactado una subida de los sueldos de los funcionarios, y resto del personal al servicio de las Administraciones Públicas (AAPP), de 3 € por cada 1.000 € de salario. Curioso que, esos mismos sindicatos, reclamen aumentos salariales en los convenios con la patronal de un 2% (7 veces más) Supongo que será porque la patronal no financia copiosamente a las centrales que representan a los trabajadores (bueno, a todos menos a los 3 millones que trabajan para las AA.PP)

Seguro que es por ese río de dinero, por lo que los sindicatos no difunden algunas realidades que, aquellos que no trabajan para el "Administración", no conocen. Ahí van algunos ejemplos:

La tasa de temporalidad de los empleados públicos (25,37%) es superior a la de los trabajadores del sector privado (25,20%) Por supuesto, dicha temporalidad se gestiona adecuadamente por los políticos para ejercer fuertes presiones encaminadas a "forzar" la ley en todo tipo de asuntos.

Además, en la Administración se ha implantado un sistema denominado tasa de reposición, que consiste en el reemplazo de sólo una de cada tres o cuatro vacantes producidas (jubilaciones preferentemente). De esa manera, se reduce el número de funcionarios (incluso de interinos) que se van sustituyendo paulatinamente por trabajadores poco cualificados que entran a través de cesiones (más o menos) irregulares de trabajadores a través de empresas públicas o semi-públicas. Lo paradójico es que, la contratación de este personal, sale más caro al contribuyente ya que se debe mantener una paradministración paralela que, a su vez, obtiene enormes beneficios por ceder a este personal.

Además, ese gasto se camufla en los presupuestos en el capítulo 2 (gasto corriente) o en el capítulo 6 (inversión real) NUNCA en el capítulo 1 (personal) Por tanto, el político de turno puede decir falacias populistas tales como: "hemos logrado bajar el gasto de personal en un esfuerzo de austeridad del gobierno". Los sindicatos, por supuesto, asienten como corderitos y la gente, en su desconocimiento, se quedan contentos pensando que tendrán que soportar una menor carga.

En dichas empresas públicas, los cargos de altos directivos y directivos medios se destinan a personal más o menos afecto al partido gobernante, mientras que los machacantes se emplean , principalmente, a los compromisos de todos aquellos que se van arrimando al poder, de una u otra manera (sobrinos, compromisos de las agrupaciones locales del partido, favores por votos ...)

Por otro lado, poca gente conoce que las enormes cantidades de dinero que se paga a la gran cantidad de políticos (desde el presidente del gobierno de España hasta el último concejal chusquero) así como de su personal de confianza, asesores y demás cohorte de personal de dudosa utilidad se imputan al mismo capítulo que el de los funcionarios (capítulo 1: gastos de personal) De esa manera, es difícil discernir sobre el verdadero coste de los empleados públicos y el de las Aído y compañía. Si ambos capítulos estuvieran diferenciados, en muchas Consejerías la gente se llevaría una sorpresa.

Pero claro, como el gobierno y los sindicatos son la izquierda de este país, a quien van a castigar es al empleado público, al currito que atiende en una ventanilla a miles de personas cabreadas, al médico que tiene una carga de trabajo que no le permite atender al paciente más de 2 minutos, a los carteros, a los profesores que son agredidos en los colegios, a los que cuidan que los dineros públicos no se vayan a Filesa o a la trama Gürtel...

Claro que, al resto de trabajadores del país también les tocará lo suyo (subida del IRPF, IVA, impuestos sobre el ahorro, alcohol, combustibles y tabaco y lo que se pueda rascar hasta 15.000 millones de € sin tocar el impuesto a los baqueros, que bajó hace poco, ni la tributación de las SICAV) Y todo eso si es que mantienen el puesto ...