07 mayo 2007

El Tesoro de las Salvajes

La vida urbana es capaz de ponerle el traje gris a cualquiera: atascos, oficinas, supermercado, rutina... Es entonces cuando los seres humanos necesitamos un sueño, una esperanza que nos sostenga la sonrisa. Unos se ilusiona con unos machangos de plomo, otros con viajes a sitios exóticos, con un amor o un hobby. Sin embargo, los románticos siempre han optado por las aventuras de piratas y yo, como tal, no podía ser menos. Por eso, últimamente, me duermo con la ensoñación de que me embarco en un buque de bandera desconocida y pongo rumbo al noroeste para buscar un tesoro a 165 km de casa, en las Islas Salvajes.
.
Navega, velero mío,
sin temor
que ni enemigo navío,
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.
.
Dicho tesoro ha sido buscado a lo largo de la historia por diversos aventureros (ingleses, alemanes, suizos o españoles) que nunca obtuvieron su codiciado premio. Pero eso no me desanima porque, para mí, el premio es la búsqueda. La leyenda del tesoro de las Salvajes se basa en un hecho acaecido en el siglo XVIII y que, según la historia, unos piratas franceses ocultaron, tras naufragar en la isla salvaje Grande (la de la foto) un cargamento de oro azteca, joyas y otras riquezas que incautaron a un correo español. No obstante, cuando se dirigían en bote hacia Tenerife para hacerse con un buque con que rescatar las riquezas, fueron apresados por barcos de guerra de la noble patria mía. Sin embargo, los bribones nunca confesaron donde escondieron las riquezas.
Así, las principales dificultades que se pueden encontrar en esta búsqueda son las siguientes:
  1. Las islas son portuguesas y están protegidas por su legislación medioambiental ya que constituyen la Reserva Natural de las Islas Salvajes que forman parte del Parque Natural de Madeira. Además, existe en las islas una dotación de guardias, pertenecientes al CVN (Cuerpo de Vigilantes de la Naturaleza) portugués al que supongo no les hará mucha gracia ver a un grupo de españoles correteando por su Reserva, en especial teniendo en cuenta los dos puntos siguientes.
  2. España no reconoce la soberanía portuguesa de las islas ni la delimitación de su Zona Especial Económica.
  3. Los canarios tradicionalmente han ido a dichas islas en busca de pesca, aceite de pardela, orchilla y otros recursos naturales (ver esta página) Así que supongo que el horno no está para bollos.

Mas, ya tengo pensado el barco; Sólo tengo que convencer al capitán y encontrar los papeles del almirantazgo inglés en los que se supone que se encuentra la localización exacta del tesoro. Entonces me echaré a la mar y podré cantar:

¡Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento;
mi única patria, la mar!

5 comentarios:

vespinoza dijo...

Viendo el aspecto de la isla, los gendarmes igual le agradecen la visita (deben tener una rica vida interior)

Ricardo dijo...

Y supongo que una PSP

Anónimo dijo...

Por mi parte cuentas con mis más sinceras bendiciones, pero manda una postal o algo...

Anónimo dijo...

Ricardo, aprovecha una ofertita que hay en cash converter, venden un mini submarino de segunda mano por sólo 110.000 euritos de nada. Y no es broma!!

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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