
Parecía un imposible pero, al final, España fue capaz de ganar la Eurocopa y, claro, la afición invadió las calles para celebrarlo. El área metropolitana de Tenerife fue un clamor y eso parece haber molestado a los independentitas (los mismos que son incapaces de meter un sólo diputado en el Parlamento Canario) Así que ahora, los que hemos disfrutado con la española, somos infragodos. Ya se sabe, los integristas son muy dados a los "epitetos" para descalificar a los que no son, o no piensan, como ellos. No hay más que oir a Jiménez Losantos.
Pernsonalmente, no salí a celebrarlo (no me gustan las aglomeraciones de gente) pero desde que ganamos el mundial de baloncesto, no me lo pasaba tan bien. Ah! y brindamos con vino dulce de la variedad Sabro en casa del Palmero Loco.
Imagen tomada del Diario de Avisos