La perforación de este tipo de obras, realizadas con capital privado, comenzó a mediados del siglo XIX en aquellos puntos en los que existían evidencias de la existencia de aguas subterráneas (por ejemplo, cerca de nacientes) De esta manera, las galerías comienzan a alumbrar agua en grandes producciones a principios de siglo pasado, generalizándose a mediados de ese siglo (XX) la explotación de aguas subterráneas mediante galerías. Así, en el año 1965 ya había se había excavado el 90% de las abiertas hoy en día.
Dichas extracciones, han llegado a ser superiores a la recarga útil por infiltración lo que ha dado lugar a un proceso prolongado de sobreexplotación del acuífero, con la consecuente disminución del nivel freático y, por tanto, disminución de caudales que, en ocasiones ha dado lugar al cierre de las mismas por falta de caudal (ese es el caso de la Galería de Piedra del Cochino) o a la importante bajada de la calidad de los caudales alumbrados que, en ocasiones, ha obligado a instalar desaladoras en la boca de las mismas, como es el caso de la Desaladora de Aripe en Guía de Isora. A pesar, de esta disminución de los caudales y la calidad, las galerías siguen siendo la principal vía de producción de agua de la Isla de Tenerife.
Además, desde un punto de vista antropológico y social, son una muestra del tesón del isleño en su búsqueda del agua. Durante una buena parte del siglo pasado, el ahorro de los partículares era dedicado a adquirir acciones de una Comunidad que se disponía a perforar, a su riesgo y ventura, la montaña para extraer, como si de un metal precioso se tratara, el agua con el que abastecer a la población y la agricultura de una comarca. Las perforaciones se hacían con dinamita (cuyo tráfico, legal e ilegal en la isla fue intenso) pico, pala y vagonetas con la que se extraía el escombro. Los peligros de dichas construcciones eran numerosos y, por ello, costó la vida de gran cantidad de trabajadores. Dentro de estos peligros cabe destacar:
- Los derivados de uso de la dinamita
- Los desprendimientos de roca
- La emanación de gases del material volcánico de la galería. Este peligro era tanto mayor cuanto mayor era la profundidad de la perforación ya que, lógicamente, la renovación del aire desde la bocamina era menor.
Para evitar la falta de aire, en un principio se usaba varios métodos entre los que cabe destacar por su fiabilidad e ingenio dos: entrar con un carburo para alumbrar la mina (ya que el cambio de color en la llama detectaba la caída de la presión parcial de oxígeno en el ambiente) y la entrada con un pajarito (ya que su muerte indica, igualmente, la caida del oxígeno y el aumento de la del dióxido de carbono). Finalmente, a finales de los años 20 y en los 30, se comenzó a instalar motores diesel para forzar la extracción de aire (la foto de la derecha se la hice a un motor alemán de los años 30 en una galería de Candelaria) Sin embargo, a pesar de estos, los cabuqueros y vagoneteros seguían confiando en el carburo y en los canarios para detectar los posibles problemas. No obstante, trabajar en una "mina de agua" sigue siendo peligroso en la actualidad como atestigua esta noticia.
Bueno, amiguitos, no les doy más la vara pero, antes de terminar, me gustaría hacer una breve consideración que no sé si viene al caso. El conocimiento del patrimonio de un lugar (natural y antropológico) además de enriquecernos como personas y como ciudadanos nos ayuda a interpretar el medio y minimizar las posibilidades de cometer errores fatales tales como confundir una galería con un tunel y persistir en el error, adentrándonos hasta profundidades que pueden ser letales.
Descansen En Paz (y sirva de ejemplo para que otros excursionistas no cometan el mismo error)
1 comentario:
Me ha parecido una entrada muy interesante. Debe ser todo un desafío el aprovechamiento del agua en islas del tamaño de las Canarias, aunque ya veo que ni en esas condiciones se libran los acuíferos de la sobreexplotación.
Ten por seguro que los medios de comunicación me habían transmitido una idea muy distinta de dónde había ocurrido el trágico suceso.
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