En esta entrada de 2009, contaba que la belleza de Noto se debe al hecho de que un enorme terremoto devastó, en 1693, la vieja ciudad medieval así como todo aquello que sustentaba su economía. Este hecho hizo que, en 1703, y gracias al empuje del aristócrata Giussepe Lanza, Duque de Camastra, se construyera una nueva Noto a 8 Km de las ruinas de la anterior. De esta manera, la ciudad fue diseñada por tres eminentes arquitectos, con un trazado moderno, en cuadrícula, y bajo los cánones del barroco siciliano.
Pero, como si del eterno retorno se tratara, en 1968, un terremoto acabó con la mayoría de los pueblos del valle siciliano de Belice. Dentro de éstas se encontraba la pequeña población de Gibellina. Tras el suceso, se puso en marcha, al igual que en el caso de Noto, un proyecto de reconstrucción de la misma dando lugar a la Gibellina Nuova, situada a 20 km de la anterior. Así, al igual que en la reconstrucción del Siglo XVIII, se intentó aprovechar el suceso como una oportunidad para hacer realidad las teorías urbanísticas de la época de mano de los más importantes arquitectos del país aunque, en este caso, con resultados más que discutidos.
La antigua Gibellina quedó abandonada hasta que en 1985 Alberto Burri recibió el encargo de transformar sus ruinas en un monumento. Para ello, este artista que había destacado por sus pinturas matéricas y por ser uno de los que le dieron valor a la materia como elemento plástico, efectuando aportaciones al arte moderno en el sentido de anular diferencias entre pintura y escultura como géneros distintos, amplió el concepto de sus Cretti (esculturas de arcilla que al secarse se agrietaban) cubriendo los restos del pueblo con cemento blanco formando bloques de 1,5-2 m de altura que simulaban las calles y manzanas de la población. Se trataba de transformar el antiguo pueblo en un inmenso elemento de Land Art.
Hoy en día, Il Grande Cretto ha quedado fuera de los (aún hoy) pocos circuitos turísticos de Sicilia. Por ello, se ha ido transformando en un monumento fantasma que uno se tropieza en una colina, dentro de un un entorno rural, pobre y despoblado. Una poco conocida obra artístico/paisajística que ha quedado relegada al silencio de las viñas.
A modo de curiosidad, comentar que las pinturas matéricas de Burri influenciaron en gran medida a uno de los pintores informalistas más conocido de las islas, Manolo Millares. De hecho, las clásica arpillera de Millares es una clara influencia burriana. Para muestra un botón:
5 comentarios:
Solo falta un cartel a la entrada del monumento que diga "By appointment of Homigones la Concretera"
La verdad es que resulta extraño ver un "sarcófago agrietado" de hormigón en medio del campo. Eso sí, estando en Sicilia los hormigones seguro que son "Concretera La Familia"
No sólo son de la familia sino que seguramente incluyan a modo de "entullo" a algún miembro díscolo de la misma.
Va aser que quedó fuera del circuito turístico porque cuando los que encargaron la obra a Burri vieron el resultado, se echaron las manos a la cabeza. "Dónde nos hemos metío" "¿Alguien conoce a ese tal Burri?". Es lo qe tiene el arte, sobre todo el moderno.
http://maps.google.com/maps?f=q&source=s_q&hl=en&geocode=&q=Gibellina+Nuova&sll=37.391982,14.661255&sspn=3.259867,5.597534&g=sicily&ie=UTF8&hq=&hnear=Nuova+Gibellina,+Gibellina+Trapani,+Sicily,+Italy&ll=37.788878,12.972107&spn=0.012667,0.021865&t=h&z=16&lci=org.wikipedia.en
Publicar un comentario