12 mayo 2010

¡Viva el capital!

Sin lugar a dudas, las circunstancias en las que le ha tocado gobernar a Zapatero en esta segunda legislatura son extremadamente difíciles. La crisis económica internacional, unida al estallido de la burbuja de la construcción y del consumo español, ha dado lugar a un escenario difícil de manejar. Sin embargo, esto no es excusa para traicionar los principios básicos de la socialdemocracia. Zapatero, en los últimos años de bonanza, se encargó de generar una maraña asistencial difícilmente sostenible en época de crisis económica (y menos en una con la intensidad de la actual) Cuando vino la recesión se actuó tarde y mal y, ahora, tira por la borda los principios básicos de la ideología política con la que se presentó en las últimas elecciones.

La necesidad de reducción del déficit parece incuestionable (no se puede gastar por encima de las posibilidades del estado) pero el cómo cumplir ese objetivo es otra cosa. Pero veamos un pequeño repaso de cómo se ha llegado hasta aquí.

Como ya dije, El gobierno cuando pintaban las cosas de color rosa se lanzó a aprobar gran cantidad de medidas asistenciales con acierto variable (cheque bebé, ayudas al alquiler, ley de dependencia, ayudas suplementarias a los parados que han agotado la prestación etc...) Cuando llegó la crisis, a estos gastos se le sumaron los derivados del hecho que el gobierno tampoco dudara en gastar una millonada en inútiles obras municipales para favorecer a los empresarios del sector de la construcción (13.000 millones de €) y en subvencionar la compra de coches nuevos para favorecer a los empresarios del sector. Asimismo, el gobierno tampoco dudó en salir al rescate del sector financiero con cantidades multimillonarias a través del FROB o del fondo de 30.000 millones ampliable a 50.000 millones para comprar activos de la banca española.

El primer plan de ajuste presentado por Salgado (se pretendía ahorrar 50.000 millones de € hasta 2013) se basaba en la austeridad presupuestaria del Gobierno así como en el recorte de plantilla pública por la vía de no cubrir vacantes, racionalizar el gasto sanitario (se planteaba realizar una central de compras común para las 17 comunidades etc...) Asimismo, se pactó con los empleados públicos un plan de moderación salarial (prácticamente se congelaba el salario hasta 2012) Asimismo, se llevó a cabo la implantación de la subida del IVA y la eliminación de la deducción universal de 400 € en el impuesto del IRPF. Igualmente, se redujeron otras partidas como la inversión real, las transferencias corrientes, etc ... Hasta ahí, lo razonable, eso sí, sin tocar las ayudas a la banca y a los empresarios especulativos de la construcción.

Y ahora, cuando parece que los datos económicos empiezan a ser positivos para España (se sale de la recesión en el primer trimestre del año, suben los cotizantes a la seguridad social, aumenta el consumo, la producción industrial y mejoran las exportaciones) debido al ataque especulativo de los mercados resulta que el gobierno tiene que acelerar el plan Salgado para dar confianza a aquellos a los que no se deja de favorecer. Pero, del discurso de hoy de Zapatero, se deduce que no se acelera nada sino que se implementa una nueva política presupuestaria. Por supuesto, se sigue sin tocar ni las ayudas a los empresarios ni la disparatada arquitectura des Estado y se elimina cualquier atisbo de socialdemocracia que pudiera existir en este caótico ejecutivo. Las principales medidas son:

1. Reducción del sueldo de los empleados públicos (5% de media)

2. Congelación de las pensiones.

3. Reducción de la ayuda al desarrollo (600 millones de €).

4. Eliminación de las ayudas a la natalidad.

5. Disminución de las ayudas a la dependencia.

6. Disminución de las grandes inversiones del Estado (5.000 millones de €)

Eso sí, seguimos sin tocar temas básicos como la duplicación de servicios en las Administraciones Públicas o la existencia de grandes sectores empresariales públicos en las autonomías que no sólo no aportan nada sino que además interfieren en la libre competencia y nos cuestan un pastón. Igualmente, siguen existiendo decenas de televisiones públicas, varias policías autonómicas y 8000 municipios con sus alcaldes, concejales liberados y personal de confianza (por no hablar de diputaciones, consejos y cabildos). Tampoco veo medidas para limitar el elevadísimo número de personal de confianza que, por lo general, no aporta más que gasto a la Administración (estimo que existe unos 400.000 enchufados entre AGE, Comunidades Autónomas y Corporaciones Locales). Y por supuesto, se sigue sin tocar la fiscalidad de los ricos como las injustas SICAV, o los extintos impuestos de sucesiones y de patrimonio.

En definitiva, el camino del recorte de Zapatero es por el lado de la derecha capitalista y liberal de toda la vida: Menos estado, menos solidaridad y mantenimiento de los privilegios de las clases poderosas a través de una fiscalidad injusta, la desregulación de los mercados y la facilitación de acceso de estas clases a la periferia de una administración cada vez más débil para poder seguir manejado el cotarro desde ahí ¡Viva el Capital! Oficialmente queda inaugurado el primer año ultraliberal ultraliberal de Zapatero.

1 comentario:

eulez dijo...

Coñe, ¿nadie te dice que lo clavas en esta entrada? Bueno, pues lo clavas, que lo sepas.

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