Recientemente, se ha publicado la última oleada del Barómetro de Opinión Pública (2ª oleada de 2010) del Consejo Económico y Social de Canarias (CES) y, como están cercanas las próximas elecciones locales y autonómicas, se ha hablado mucho de ésta en los medios de comunicación. Como siempre, cada uno trata de sacar algo positivo de las estadísticas. No obstante, no han abundado los análisis concienzudos, ni la crítica constructiva sobre la situación de la opinión de los canarios en distintos temas: sólo puro artificio. Y como Aburrimiento 2.0 no iba a ser menos, vamos a destacar uno de los datos que demuestran que la opinión pública muchas veces va por caminos ajenos a la realidad de las cosas. Así, en el epinoso tema del sistema electoral canario, el CES preguntó que en qué medida le parecía al encuestado que se encuentra representada su isla en el Parlamento Canario. La respuesta según la isla de residencia fue la que se muestra en el gráfico:
Es decir, los residentes de El Hierro (45,2%) y La Gomera (40,8%) son los que sienten que su isla está insuficientemente representada(¡?). Veamos la correspondencia de dicha opinión con la realidad política de las islas. Pues bien, en la siguiente tabla, se muestra la población de cada una de las islas según los datos de 2010 del INE, los diputados que corresponden a cada isla de acuerdo con la legislación actual y el ratio entre ambas magnitudes (número de habitantes por diputado elegido). El resultado, como se observa, es que las islas con mayor representación son, precisamente, El Hierro y La Gomera. De tal manera que, en el Hierro hay un diputado por cada 3.656 ciudadanos y en La Gomera uno por cada 5.694 mientras que en Gran Canaria, esa proporción, se eleva a uno por cada 56.378 y en Tenerife uno por cada 60.457. Es decir, un ciudadano de El Hierro está representado 16,5 veces más que uno de Tenerife pero, eso sí, siente que está insuficientemente representado ...
Pero, si exceptuamos Lanzarote, dónde la percepción sobre su representación se ajusta a la realidad, en el resto de islas es contraria a la misma, es decir, cuanto más ventajosa es la representación peor es la percepción que se tiene de ella, tal y como se muestra en el siguiente gráfico en el que se observa la relación entre el ratio (hab./diputado) y la percepción de infrarepresentación. Como se observa se ajusta a una función logarítmica con un R2 = 0,95:
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